Taller hispánico del siglo XVII
Madera tallada, policromada y dorada
Esta escultura representa a San Juan Evangelista en actitud solemne y devocional. El santo aparece de pie, con la mano derecha alzada en señal de bendición y la mano izquierda sosteniendo un cáliz del que emerge un grupo de serpientes o un racimo de uvas, elemento simbólico vinculado a su leyenda, según la cual sobrevivió a un veneno administrado en una copa. A su lado, en la base, figura el águila, atributo iconográfico tradicional del evangelista, que simboliza la elevación espiritual de su Evangelio.
La talla destaca por su rica policromía y el estofado dorado, visible tanto en el manto rojo como en la túnica verde, ambos decorados con motivos vegetales estilizados. La expresión serena del rostro, el cabello ondulado y la gestualidad contenida refuerzan el carácter devocional de la obra, propia de la escultura barroca andaluza destinada al ámbito privado o conventual.
La figura se apoya sobre una peana octogonal moldurada, pintada de negro con vetas que simulan mármol y rematada con decoración dorada. La calidad del estofado y la buena conservación de la policromía original permiten apreciar la pericia técnica del taller que la ejecutó. Esta imagen formaba parte del repertorio de figuras devocionales que fomentaban la meditación sobre la vida y los escritos de los evangelistas en el contexto de la piedad barroca.