Atribuida a la escuela de Joan de Joanes (siglo XVI)

Óleo sobre lienzo

Con un rostro joven y una expresión recogida, la Virgen María se muestra en busto corto, de frente y con una mirada profunda que combina inocencia y contemplación. El fondo oscuro y sobrio contrasta con la pureza de su velo blanco, que envuelve el rostro con delicadeza y refuerza la idea de virginidad y santidad. Esta imagen responde al tipo iconográfico de la Verónica de la Virgen, inspirado en los retratos atribuidos tradicionalmente a san Lucas y ampliamente difundidos a Europa desde el siglo XII. Sin embargo, la versión que aquí contemplamos presenta disparos propios de la escuela de Joan de Joanes, con una clara influencia renacentista en el tratamiento de la carne y la suavidad del modelado. La expresividad contenida y la calidad técnica sitúan esta obra dentro de la órbita de su maestría, conocido para transmitir emoción espiritual a través de la serenidad formal.