Infante de la Pasión

MC182
Atribuido a Tomàs Yepes
Siglo XVII
Óleo sobre lienzo

Las figuras de los niños de la Pasión fueron muy habituales, no sólo en la España del siglo XVII, sino principalmente en América, debido a la colonización y al encargo de obras para decorar las nuevas construcciones. En ellas, se hace una hibridación de tradiciones, entre el mundo americano y la tradición hispánica. Destaca, del primero, el uso abundante de elementos decorativos a modo de joyas o flores, elementos en los que era maestro el pintor barroco Tomàs Yepes; así como la búsqueda de la profundidad a través del cojín que parece salir del cuadro, a modo de trompe l’oeil. Esta riqueza decorativa hace menos perceptibles algunos estandartes de la Pasión, como la lanza de Longinos, las llaves de dentro de la cesta del Niño o la cruz que lleva en la mano. Según la documentación conservada, esta obra podría tratarse de un regalo que hizo el padre Tortosa, médico del duque, a su hija, sor María Tortosa, que se encontraba en el convento.